martes, 23 de junio de 2009

RECUERDOS DESORDENADOS.

RECUERDOS

En aquel tiempo caluroso
íbamos andando hacia el río.
El camino parecía corto,
el río ancho y largo.
El puente un gigante de piedra,
abierto, amplio, acogedor
miraba con sus grandes ojos
aquellas barcas pequeñas.
En una de esas barquitas, mi padre,
me paseaba remando y ojeando
con sus mil ojos, las ramas, los peces
y a mi, su niña de los ojos.
Yo emocionada, jugaba con las aguas del Guadalete.
La Algarabía llegaba
cuando el copo de los peces
saltaba hacia el cielo,
plateados todos llegaban a la muerte.
Mi padre y yo acariciábamos,
antes de adobar, los sábalos.


BELY.

2 comentarios:

Karen Dinesen dijo...

Pues sí. Alguna cosa que decir. Que me encanta esta entrada. Que fui muy feliz en mi infancia y todo lo que a ella me recuerde me hace sentir bien. La lectura de tu texto lo hizo.

miner dijo...

A mi me pasa igual que a Karen.
Muy bonita la evocación de tu padre y de tu infancia. Me gusta.