martes, 4 de agosto de 2009

YO Y MI SOMBRA.


Uno no tiene que estar
encerrado en una habitación
para sentirse aterrado.
En el cerebro existen laberintos
que no son materiales
y es mucho más seguro
luchar con un fantasma
entrevisto a medianoche
que mirar cara a cara a ese extraño
oculto en nuestro interior.
Es mucho más fácil escapar aterrado
de las ruinas de una lóbrega abadía
que enfrentarse a uno mismo
en plena soledad.
Sería menor el pánico
si un asesino oculto en nuestra casa
nos obligara a escondernos
dentro de nosotros mismos,
cuando nuestro cuerpo empuña un revólver
y dispara hacia la puerta
apuntando a una sombra apenas atisbada.


Emily Dickinson
Foto; Bely, museo de cactus, Almería.

5 comentarios:

mary dijo...

siempre es mejor un mal rato, que vivir con temor....besinos

Lembranza dijo...

Meter la cabeza debajo del ala y esperar que el problemase solucione solo, es lo que mucha gente hace. Cuando se sabe que hasta que tu no afrontes el problema, el problema va seguir estando ahí. Un abrazo

miner dijo...

Siempre es mucho más difícil enfrentarse a uno mismo.
Saludos

Karen Dinesen dijo...

Lo jodido es que hay problemas que no se resuelven enfrentándose a ellos.
Porque superan nuestras posibilidades de prospección... porque su enjundia dobla con facilidad el filo de nuestro recursos...porque en definitiva son muchos los interrogantes que nuestro medio, en el que estamos incluídos apenas visibles, nos proporciona en su magnitud, para que nuestra limitada dimensión humana pueda resolverlos...por cerca que estén de nosotros...por mucho que estén atrapados en nuestro interior...
Un abrazo.

Alfonso Saborido dijo...

Museo de cactus, qué chulo :)