Dime qué dices, mar, qué dices, dime!
Pero no me lo digas; tus cantares son,
con el coro de tus varios mares,
una voz sola que cantando gime.
Ese mero gemido nos redime
de la letra fatal, y sus pesares,
bajo el oleaje de nuestros azares,
el secreto secreto nos oprime.
La sinrazón de nuestra suerte abona,
calla la culpa y danos el castigo;
la vida al que nació no le perdona;
de esta enorme injusticia sé testigo,
que así mi canto con tu canto entona,
y no me digas lo que no te digo.
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6 comentarios:
Ahora estoy muy ocupada,centrada en estudiar y no me queda tiempo para el blogs. Espero que al caer la tarde disfruteis de los nuevos colores otoñales y sus olores peculiares.
Buen poema. ¿Tuyo?
No Arobos, de Umnamuno, ya puse el autor.
Ahora voy como el conejito del cuento, llevo prisa, llevo prisa......
La foto es mia, Almeía, el poema de Umnamuno.
Saludos.
Que me encanta el poema. Que queda bien en tu espacio. Y que te vaya muy bien en tu apretado tiempo.
Un abrazo
Unamuno , hoy hace años que lo condenaron por decirle al fundador de la legión, Millán Astray...
"Éste es el templo de la inteligencia (por la universidad de Salamanca), y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho
gracias, Arobos, Karen, Alfonso me haceis muy feliz con vuestras participaciones.
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